lunes, 1 de agosto de 2011

Comportamiento y educación canina (3)

El perro / el hombre
¿El hombre domesticó al lobo y lo transformó en perro?
¿El lobo encontró refugio y comida fácil en asentamientos humanos y no quiso irse?

Al parecer, hay un poco de verdad en ambas aseveraciones, ya que ambas especies se benefician mutuamente: el lobo obtuvo comida, refugio y afecto, y el hombre obtuvo seguridad, ayuda en el trabajo y afecto

Al igual que los lobos y los perros, los humanos somos animales gregarios, vivimos en manadas, tenemos un orden jerárquico, tanto dentro de nuestras casas como fuera de ellas. Necesitamos de un líder, enseñamos a los niños poniendo límites que aseguren su bienestar y su permanencia en la manada como elementos útiles hasta la adultez.

Por las similitudes de formas de vida y de crianza, y formas de organizarnos, es posible incluir en nuestra manada a un ejemplar canino, de la misma forma que es posible incluir en una manada canina a un ejemplar humano.

El éxito en la convivencia entre ambos radica en el respeto del orden jerárquico por parte de todos los integrantes de la manada
El ejemplar canino que ingresa a la manada humana, tal como sucedería en una manada de lobos salvajes, debe ingresar con el menor rango, ya sea un cachorro o un perro adulto, y la clave para que sea una manada equilibrada y feliz es que este orden jerárquico se mantenga para siempre en el tiempo.

Cada integrante en la manada humana tiene una función, los padres proveen, los niños ayudan, etcétera, y el perro que ingresa en la manada puede también tener su función. Puede ser un perro de trabajo, de guardia, de compañía, etcétera, pero es bueno ser claros para que el perro entienda su misión. Si adquirimos un Yorkshire, que es una raza creada para cazar ratones, probablemente lo queramos como perro de compañía y no como ratonero, pero si no lo jerarquizamos bien, seguramente terminará como perro de guardia o ataque, pero no por culpa del perro, sino de sus malos líderes.

Hoy, la función del perro es variada según las necesidades del humano, pero en general su función es la compañía, pero el que sea un buen o un mal compañero depende mucho de su dueño.




El perro que tiene el menor rango en una manada humana, será un perro relajado, sin preocupaciones, sin el estrés que significa mantener una manada viva y vigente, ya que si el perro no tiene un buen líder asumirá ese rol en el grupo. A los ojos del perro, una manada sin líder implica una muerte certera para todos los integrantes, por lo que tomará el mando, con consecuencias como el estrés del perro, mal comportamiento, agresividad, descontrol, marcas de territorio, etcétera.

En una manada compuesta por humanos y perros el líder SIEMPRE debe ser un humano y un perro normal no tendrá problema en aceptarlo mientras el líder se muestre como tal.

En estado salvaje la jerarquía es dinámica, y el perro pondrá a prueba a su líder humano constantemente, por lo que debemos conocer esas pruebas para superarlas airosamente a los ojos del perro, para que él no se vea en la necesidad de tomar el mando.

Un perro con actitud de superior frente a un humano, es un perro estresado e infeliz.


 

Si el perro escogido es un ejemplar normal y acorde a las necesidades de su familia humana, la convivencia entregará grandísimos beneficios para la salud de ambos.

Debido al desarrollo intelectual del humano con respecto al perro, es responsabilidad del primero el éxito en la convivencia. Éste dependerá en un altísimo porcentaje de las características de líder de TODOS los integrantes humanos de la manada.

Debemos recordar que el perro siempre debe estar en el último rango, incluso por debajo de los cachorros humanos, es decir, los niños, por lo que debemos educarlos a ellos también.


Si se tiene más de un perro, todos ellos deben estar debajo de todos los humanos, y dejar que entre ellos establezcan su orden jerárquico, sin intervenir. La forma más eficiente para ordenarlos es dejar que la naturaleza haga su trabajo y respetar el orden que ellos establezcan, pero considerando las características físicas. Un cachorro de Terranova puede ser muy tierno y juguetón, y respetuoso de las jerarquías, pero si su compañero es un Pekinés, puede haber problemas.

Andrea Poblete Pérez

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