lunes, 1 de agosto de 2011

Comportamiento y educación canina (13)

Parte II:
Adiestramiento y tenencia responsable de mascotas




Al conocer el comportamiento canino, nos damos cuenta que en el proceso de adiestramiento, somos los humanos los que tenemos más cosas que aprender.

Una vez que conocemos el lenguaje de los perros y respetamos su naturaleza, la comunicación entre nosotros y ellos será tan fluida, que el adiestramiento será algo muy natural.

El adiestramiento presentado a continuación no está pensado en que el perro aprenda a hacer trucos como bailar en dos patas o hacerse el muerto, pero en la medida que nuestro perro entiende lo que nos molesta y lo que nos agrada, con un poco de ingenio y paciencia podremos lograr que nuestro perro nos impresione cada día.

El adiestramiento que se expone se denomina instintivista, ya que se basa en el conocimiento de la naturaleza del animal para conseguir una mejor convivencia, al disminuir al máximo los problemas conductuales.

Un perro que no deja de hacer hoyos en el patio no necesita que alguien le enseñe a traer las pantuflas para dejar de hacerlo. El dueño de ese perro debe comprender que el perro puede presentar un nivel de stress y ansiedad, lo que se soluciona con un simple paseo diario, pero un paseo como corresponde, guiado por el dueño -formado como un buen líder-, no por el perro, y con ambos disfrutándolo.


Para el adiestramiento instintivista  se desarrolle en forma eficaz, en primer lugar el dueño debe estar en conocimiento del comportamiento básico de los perros, y debe:

·        Respetar al perro como una especie diferente a la humana
·        Conocer el comportamiento canino para obtener el máximo provecho
·        Respetar tiempos
·        No traspasar la frustración al perro si es un ejemplar más lento
·        Ser constante
·        Tener paciencia

En segundo lugar debe definir cómo premiar al perro y cómo castigarlo, y debe ser constante en el uso de estos elementos para no confundir al perro.

El mejor premio para un perro es el cariño y aprobación de su adiestrador, no la comida

La forma de reprender no son los golpes. El movimiento de manos que hacemos los humanos para golpear, a los ojos del perro se ve como un juego, entonces lo confunde: “tu juego me causa dolor”

Un “No!” dicho con la voz y el cuerpo es suficiente

El dueño/adiestrador debe ser un líder a toda prueba a los ojos del perro, y este es un cambio de actitud no sólo en el período de adiestramiento, sino en la vida diaria. La clave es disfrutar esta tarea, que se de en forma natural. El perro no exige grandes requisitos para determinar que su dueño es un buen líder, por lo que la idea no debe estresarnos.  No es lo mismo ser el dueño de un perro que tener el liderazgo necesario para llevar a cabo ese proyecto del que depende nuestro puesto de trabajo.

El adiestrador debe estar 100% entregado a la tarea, ya que si está pensando en otra cosa el perro notará la distracción y no obedecerá

Las sesiones deben ser cortas, pero intensas y en un ambiente donde el adiestrador esté tranquilo

Las expectativas deben ser acordes al perro. Sobre-exigirle sólo llevará a la frustración. Debemos conocer también las limitaciones de la raza: un perro pastor es mucho más fácil de adiestrar que un terrier, ya que los pastores son perros creados para trabajar en equipo, a diferencia de los terriers que fueron creados para trabajar en forma independiente. Con estos últimos la tarea puede ser más difícil, pero podemos lograr maravillas si somos constantes, y las gratificaciones son mayúsculas.



El perro debe estar con sus necesidades satisfechas (sin sed, sin hambre, sin ganas de evacuar)
Debe estar sano por dentro y por fuera: un perro con pulgas o con dolor no pondrá la misma atención y entusiasmo

El perro debe estar en un lugar ya conocido y tranquilo para él. Un lugar nuevo implicará que el perro satisfaga su curiosidad primero antes de poner atención.


Lo primero que debe aprender un perro es cuando algo está bien hecho y cuándo cometió un error.

Si decidimos que un cariño y un “muy bien” serán el refuerzo positivo, debemos realmente sentirlo para expresarlo con el cuerpo de forma natural. Si de nuestra boca sale un “muy bien”, pero estamos pensando en que hay que hacerle la revisión técnica al auto, el perro no asociará los conceptos de “hacer algo bien = amo feliz = recibir afecto” y terminará confundido.

Si decidimos que un “NO!” es para demostrar que estamos molestos por la actitud del perro o por su error, debemos sentirlo, y naturalmente nuestro cuerpo se mostrará tenso y el perro recibirá el mensaje. Si decimos “NO!”, pero en el fondo nos hace sentir superiores cuando nuestro perro le gruñe al vecino, probablemente el perro ataque a nuestro vecino en la primera oportunidad que tenga.

 



 

El paseo es fundamental en el proceso de adiestramiento y en la vida diaria del perro. Sí, el perro debe salir a pasear a diario, aunque sea una vuelta a la manzana y aunque tengamos un gran patio o nuestro perro sea de tamaño muy pequeño. No se trata de espacio, se trata de explorar el entorno

El paseo debe llevarlo el adiestrador, no el perro

El perro debe ir con collar (de cuello o cabeza), no arnés, y la correa debe ser firme, resistente y de un material amigable con las manos de quién lo lleve

El adiestrador comienza el paseo. Puede usar una palabra como “junto”

El adiestrador debe variar el sentido del paseo y la velocidad sin previo aviso. La idea es que el perro sienta que el paseo es guiado por el adiestrador, no por él, y que el adiestrador sabe dónde van.

El perro debe caminar al lado del adiestrador, no adelante y no debe ir tirando la correa
Si tira, la corrección es con un tirón de la correa como un latigazo: tensionar y soltar en un rápido movimiento. El perro debe sentir como una mordida en su cuello. Este movimiento es  para collares normales, collar de ahorque (con pinchos), ahorque de corredera, etcétera. Este movimiento con la correa emula una mordida en el cuello. La mordida en el cuello es la forma que tienen los padres cuando educan a sus cachorros, pero no es una mordida sostenida: es apretar y soltar.

Si tira el movimiento de la correa debe ir acompañado de un “No!” o de la palabra escogida para reprender

Si deja de tirar se felicitará

Perros muy grandes o con mucha fuerza son manejados de mejor forma con collar de cabeza

La mejor forma de evitar correcciones en los paseos es acostumbrar al perro desde cachorro a su paseo diario

Claves: constancia y actitud de líder



La palabra escogida como comando debe ser cómoda para el dueño. El perro no comprenderá el significado de la palabra, pero sí la intención en el tono de voz (sit, sentarse, sentado, siéntate)

Debe ser una orden calmada, no gritando y debe ser acompañada con un gesto con la mano.

Si el perro no se sienta habitualmente en forma natural, debemos ayudarlo bajando la grupa con una mano, y al mismo tiempo irguiendo el pecho y mentón con la otra mano

El gesto con la mano, que acompaña a la palabra,  puede ser el que realiza la mano que sube por el pecho



 

Una vez sentado, debemos repetir la orden y felicitarlo por hacerlo bien. Se debe repetir tanto como sea necesario para el perro, hasta que lo aprenda.
Para que se mantenga sentado, la mano que subía ahora se le muestra con los dedos hacia arriba y la palma hacia la cara del perro. Se repite el comando que se elija (quedarse, quieto, stay, etc.)

Al mantenerse en la misma posición se le felicita mientras se repite el comando y se mantiene la mano frente al perro. Si se mueve se reprende con un “No!”

Para aumentar la dificultad del ejercicio, vamos alejándonos del perro mientras repetimos el comando y le mostramos la mano. Se felicita con un “muy bieeen” dicho de forma tranquila y pausada, de otra forma se desordenará



 

En el paseo debemos frenar brusco y decir la palabra escogida para detenerse (alto, stop, etc.) en forma seca y fuerte.

Si el perro se detiene se felicita, si continúa caminando se reprende con un “No!” y se repite la orden con fuerza

Repetir varias veces, cambiando el sentido y velocidad del paseo, para que sea espontáneo.



El perro debe conocer su nombre

Si viene al llamarlo SIEMPRE hay que felicitarlo. Si lo llamamos para reprenderlo por algún mal comportamiento, el perro acude al llamado y lo retamos, el perro no va a entender que el castigo es por su mal comportamiento anterior, sino que pensará que es por haber acudido al llamado de su dueño, y la próxima vez lo pensará 2 veces antes de obedecer.

Hay cachorros que aprenden más fácil la orden cuando se les invita a jugar: Lo llamamos, nos agachamos y lo volvemos a llamar. Debemos felicitarlo cuando llegue.




Otra forma para que aprenda la orden: se puede usar una correa larga, dejar al perro en un extremo y nosotros lo llamamos. Si no acude, lo vamos “recogiendo” con la correa y lo felicitamos en el camino y cuando llega

Luego de venir sin tener que arrastrarlo con la correa, le sacamos la correa y lo llamamos

Si no acude y está lejos, pero ya entiende lo que se le está pidiendo, podemos usar un llavero o algo similar para lanzarlo cerca de él. El sonido lo asustará y así le demostramos que si no obedece será castigado, aunque estemos lejos. Al rectificar y acudir se felicita nuevamente.

Si nos encontramos en una situación complicada (ejemplo, el perro se arranca a la calle) y el perro no obedece a nuestro llamado, no es una buena idea perseguirlo, ya que eso para el perro significa que estamos jugando y es él el que maneja el juego, por lo que correrá más rápido. Debemos gritar su nombre, lograr que nos mire y arrancar nosotros en la dirección opuesta, para que así el perro nos persiga.




El primer paso es que determinemos dónde pueden hacer sus necesidades

Si decidimos que será en la calle, debemos considerar varios paseos al día, sobretodo en cachorros

Los perros no harán sus necesidades en el lugar donde duermen o donde comen

Generalmente hacen pipí al despertarse, después de comer, después de jugar (o en el medio del juego si es cachorro), por lo que en esos momentos debemos llevarlo al lugar escogido como baño y felicitarlo cuando lo haga bien

Si el cachorro se equivoca y hace en un lugar indebido no debemos regañarlo, ya que entenderá que lo malo fue hacer pipí, no el lugar donde lo hizo, y luego sólo hará sus necesidades escondido, para evitar ser reprendido, ya que es algo que no puede evitar hacer

Si lo sorprendemos “in fraganti” debemos tomarlo y llevarlo al lugar correcto
Si no aprende rápido, podemos realizar un entrenamiento intensivo, pero requiere tiempo por parte del dueño:

Debemos ubicar al cachorro en una caja, acondicionada como cama
Cada cierto tiempo sacarlo de la caja para jugar con él, para que coma, etc. Y volver a ponerlo dentro de la caja.
Después de unos minutos sacarlo de la caja otra vez y llevarlo al baño.
Si no hace, volverlo a la caja y sacarlo un rato después. Si hace, felicitarlo y volverlo a la caja
Luego de uno o 2 días con este sistema, irá solo al baño cada vez que lo necesite, aunque puede tener “accidentes” en el medio de los juegos

Recordar que los machos marcan territorio orinando cosas y lugares.

Para prevenir este problema lo mejor es la castración desde los 6 meses

Un perro adulto cambiará su comportamiento si es castrado, pero demorará más que en un cachorro que no ha “marcado”.



Los premios son buenos ayudantes para un adiestramiento rápido, pero nos arriesgamos a que el perro sólo responda por comida y que suba de peso.

¿Te has fijado que a veces le das a tu perro (a modo de regaloneo o premio) un rico trozo de carne, o un trocito de jamón, y se lo traga sin siquiera masticarlo?. El comentario en general es “Pero ni lo disfrutaste!”
¡¡y es eso exactamente lo que  sucede!!
El perro está tan preocupado de tragar antes que alguien le quite su comida que no disfruta ni saborea su premio.

El premio más preciado para un perro es el afecto de su amo, pero si queremos ayudarnos de comida en un caso especial, lo podemos hacer, pero no estimulando el tragar. Debemos lanzar el premio para que lo busque o esconderlo en nuestra mano y moverlo para distintos lados. El perro disfrutará más si “caza” su premio.





El clicker es un dispositivo que emite un sonido (“click”) y se usa para felicitar al perro

El “click” por si sólo no es satisfactorio para el perro, por lo que “se carga” con comida. Eso significa darle premios de comida y apretar el clicker cada vez que el perro come. Después de muchos premios asociará el “click” con el sabor de la comida y obedecerá sólo con un “click” sin la necesidad de hacerlo comer

Los problemas son los evidentes: obesidad, obsesión por la comida, poco interés en premios diferentes, etcétera. El clicker ayuda a que el perro aprenda rápido, y quizás es una buena herramienta para conseguir que el perro haga trucos, pero no respeta la naturaleza del perro y no incide en una mejor convivencia.


Andrea Poblete Pérez

2 comentarios:

  1. El collar de ahorque con pinchos me parece una tortura medieval. Esos collares no deberían existir!

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  2. El collar de ahorque con pinchos, para empezar, no pincha, pero evidentemente es una tortura medieval si no se sabe usar. La idea no es dañar al perro, sólo corregirlo. Debes considerar que está pensado para perros de cuello fuerte, musculoso, en los que puedes homologar la fortaleza de tu muslo con el cuello del perro. Si te pones el collar en el muslo y haces ese movimiento rápido y seco con la correa, verás que no sientes dolor, pero si te "ahorcas" la pierna, evidentemente se transforma en una tortura. El problema no es el collar, sino quién lo usa, con qué conocimiento y en qué ejemplar

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